[ Resumiendo ]

Miercoles, dia especial. Primero por el encuentro incomparable con grandes amigos, tan lejanos geograficamente, pero tan cercanos en mi pensamiento, siempre. Un gustazo abrazarlos, besarlos y repetirles mil veces que los adoro.

De noche, las 9 en punto, y atorada en el trafico... recibiendo mensajes que decian que aquello habia empezado ya, y que cantaban Pajaros de Portugal. Los nervios haciendo estragos en quien conducia, y para mas inri, todos los estacionamientos llenos, finalmente entramos en el ultimo. Corri con aquellos tacones lo que a mi me parecieron kilometros y aùn tuve que fletarme el protocolo del que compra entradas por internet, para finalmente correr otros 20 kilometros (obvio, exagero) hasta la entrada al recinto, propiamente dicho.

Lo primero que veo, el cartel impresionante de la gira ultramarina y a Joaquin cantando Ahora que... subito escalofrio, reflejo inmediato, !cantar! Y vaya si cante, coree como les prometì, cada una de las canciones. Bailè, gritè, imaginè, recordeè, presentì, temblè, pensè, y llore...

Joaquin, magnifico, con ese baston casi dandole a los periodistas que igual de anonadados que yo le apuntaban con sus camaras, estupendo y pletorico, efusivo, contagiado. Pancho, Antonio y Jaime, impresionantes. Y !oh sorpresa¡ Helen, que debutaba, nos conmovio hasta las lagrimas con la introduccion de Y sin embargo, al menos a mi y a quien estaba a mi lado (con lo nerviosa que estaba la pobre al mediodia)

El repertorio no me lo esperaba, siete crisantemos, y ahora que, llueve sobre mojado, Marilyn Monroe, por el boulevar de los sueños rotos, y, hasta Peor para el sol. La arena se caia con Princesa y la del pirata cojo. Vinieron los bises y cerraron ¡como no! con Y nos dieron las 10.

Disfrute mucho incluso el desalojo despues del concierto, ver vaciarse el lugar oyendo de fondo Pastillas para no soñar y todos cantando mientras saliamos de alli.

Y seguimos cantando, en el Cafe Brasil, mis amigos y yo.

Grande Joaco! no te me mueras nunca....