Monday, March 14, 2011

[ de lunes por la tarde ]


Hace un rato esperaba pacientemente a uno de mis pacientes, y entre el tedio de los lunes empecé a cavilar acerca de mi falta de inspiración. Es decir, tengo la historia en la cabeza, perfectamente estructurada, pero, (siempre ha de haber un pero) me es imposible encontrar el sentimiento que le daría alma a las palabras. Esto me llevó de algún modo a pensar en aquel tiempo en el que podía escribir, a mano y de corrido, los mas estrambóticos relatos. ¿Cual es la diferencia? Supongo que la culpa es de la literatura, de la poesía y de mi tendencia irrefrenable a identificarme con esos antiheroes de las peliculas de los 80´s que devoré en mi infancia, todos tetos y maravillosos, llenos de belleza interna y estupidez externa, que los hacía tener por blanco ese amor irracional y apasionado que solo se le tiene a las cosas imposibles, mismo amor que dista de ser real.
Ahora, que soy feliz y todo es real, no puedo escribir ni una nota ... ¿será posible?